Hay centenares de libros y artículos que hablan de cómo debe ser un nuevo líder en las empresas, más humano, más dialogante, que concilie con su vida familiar, etc...

 

reglas no escritas liderazgo

 

Mucha teoría y poca práctica.

Leyendo el libro “Unwritten rules", de Lynn Harris, me he dado cuenta de que hay una serie de normas no escritas y de las que nadie habla. Rigen en todas las grandes empresas del mundo y hacen prácticamente imposible la conciliación entre vida familiar y profesional.

Son precisamente algunas de esas normas, las que impiden que las mujeres sean CEOs en este tipo empresas.

Las preguntas que yo me hago son: ¿Queremos hombres y mujeres que estas normas sigan conduciendo nuestra vida profesional? ¿Queremos que rijan nuestro futuro y el de nuestros hijos? ¿Podemos cambiarlas para ser más felices todos?

Normas no escritas para llegar a ser un Alto Ejecutivo.

  1. Tendrás que estar "always available", siempre disponible. Y por supuesto trabajo a tiempo completo, jamás part-time. (Muy difícil para una mujer que quiere tener hijos)
  2. No basta con 8 horas diarias de trabajo. Tendrás que estar físicamente presente en la oficina, 10 o más horas. Con poca ( o ninguna) flexibilidad de hacer el trabajo desde casa. (Muy difícil para una mujer que quiere tener hijos)
  3. Además, tienes que tener movilidad geográfica total. Es un suicido si se dice "no" a una promoción que conlleva un traslado de lugar de residencia. (Muy difícil para una mujer que quiere tener pareja e hijos).
  4. Y por supuesto, tendrás que viajar muchísimo como parte de tu trabajo. (Muy difícil para una mujer que quiere tener familia)
  5. Tienes que tener un CV en el que hayas trabajado siempre y sin que no haya existido ningún periodo de tu vida en el que no lo hayas hecho. Si lo hay, es sospechoso. (Muy difícil para una mujer que quiere tener familia)
  6. Casi siempre, debes haber realizado la progresión espectacular en tu carrera a los treinta y tantos. (Muy difícil para una mujer porque ésa es la edad para tener hijos)
  7. Debes ser duro, fuerte y asertivo. Las mujeres (en general) no somos así, aunque tenemos otras cualidades.
  8. Es importante que estés motivado por el dinero y la ambición. A las mujeres (en general) nos motivan más otros aspectos.
  9. Deberás valorar tu carrera y tu familia, pero cuando ambas cosas estén en conflicto, tendrás que priorizar tu carrera. Las mujeres (en general) priorizamos la familia sobre el trabajo.
  10. Deberás construir relaciones con gente que te ayude a prosperar en tu carrera. Las mujeres tendremos que aprender a tener mejores mentores.
  11. Tendrás que hablar con seguridad y sin modestia de tus logros. Las mujeres tendremos que aprender a promocionarnos mejor.
  12. Deberás saber lo que quieres e influir en los demás para conseguirlo. Las mujeres tendremos que aprender a tener más firmeza en nuestros objetivos.

Como vemos, hay algunas de estas normas no escritas que son imposibles de cumplir, por lo menos para las mujeres. Y también, cada vez hay más hombres que no quieren ser regidos por estas reglas. Mi pregunta es:

¿Queremos cambiar las normas actuales?

Para conseguir cambios sustanciales en las normas no escritas que existen en las empresas, hacen faltan 3 cosas:

  1. Que los que tienen el poder actualmente (consejeros, directivos y accionistas, en su mayoría hombres) se sientan insatisfechos con las normas que gobiernan actualmente el liderazgo y quieran hacer cosas para cambiarlas. ¿Por qué hay hombres que apoyan la diversidad de genero y otros no? ¿Es miedo a la pérdida de estatus? ¿Qué puede motivar a los hombres que tienen actualmente el poder a realizar cambios en estas normas?
  2. Una visión de normas de liderazgo totalmente diferentes a las que existen actualmente.
  3. Establecer unos pasos claros hacia dónde deseamos llegar las mujeres.

Modelo escandinavo.

En Noruega, se aprobó una legislación en 2002 en la que el 40% de los miembros de los consejos tenían que ser mujeres. Ahora Noruega tiene el 44,2 de mujeres en Consejos, Suecia el 27% y Finlandia el 26%.

En Noruega, el Primer Ministro que aprobó esta reforma dijo: " ¿De qué sirve que nos gastemos una fortuna en educar a las chicas y ver que además en sus estudios sobrepasan a los chicos, si cuando se trata de nombrar a altos directivos, no las tenemos en cuenta?

En julio de 2009  se hizo un estudio en Noruega sobre los resultados de la aplicación de la ley: absolutamente todos los encuestados afirmaban que la incorporación de la mujer en Consejos de Administración había traído resultados positivos totalmente medibles.

Cuotas sí o cuotas no.

Muchas mujeres directivas no quieren cuotas e incluso lo encuentran ofensivo.

Pero miremos otra vez el ejemplo de Noruega. No eran pocas las mujeres directivas contrarias a las cuotas, pero después del paso del tiempo han reconocido que sólo gracias a la ley se ha producido ese cambio real.

Mientras se sigan aplicando las reglas " no escritas" de liderazgo, las mujeres avanzarán más lentamente si no hay leyes que fomenten su presencia en las organizaciones.

Por supuesto las mujeres preferimos ser promocionadas por nuestro valor profesional y no por cuotas.

Por supuesto las mujeres preferimos ser promocionadas por nuestro valor profesional y no por cuotas. Clic para tuitear

Pero la realidad es que eso no se produce en el actual contexto y las actuales reglas no escritas, hacen que se vaya mucho más despacio. Es como cuando se permitió que las mujeres votasen: sólo fue posible por el cambio de legislación.

Lo que ya tenemos claro las mujeres...

Es que no existen las “superwomen” , y si queremos llegar a ser buenas profesionales, tener familia y disfrutar de la vida, tendremos que cambiar estas reglas. Algo imposible sin la ayuda de los hombres, a los que sin duda beneficiará también dicho cambio, ya que disfrutarán la vida con una mayor plenitud.

¿Qué opinas tú?

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CEO de www.BebedeParis.com- Presidenta de Womenalia- Ex-Presidenta en Adigital 2007-2017(Asociación Española de la Economía Digital) – Accionista y consejera en 7 startups.: www.incipy.com, www.inesdi.com, www.cocunat.com. www.brainsins.com, www.gopopup.com –
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34 comentarios en “¿Quieres ser CEO? Las 12 normas de las que nadie habla…

  1. Después de leer este post, tan oportuno y preclaro, puedo llegar a tres conclusiones:
    La primera: Que las normas que sustentan, actualmente, los valores para ascender profesionalmente son insostenibles para una mujer con familia. Al menos en España.
    La segunda: Que la mujer nunca aceptará asumir esos valores. Tiene otras prioridades.
    La tercera; Que crear una Ley como la que se implantó en Noruega en 2002, en esas latitudes, funciona. Hay cosas que dependen de latitudes…como por ejemplo una democracia centroeuropea no es trasladable al Caribe.
    La cuarta: De implantarse una ley en España como la noruega, daríamos un gran paso…Pero…¿qué mujeres aceptarían «las 12 normas» que se describen en el blog para ser CEO? Creo que tendrían que ser solteras… o que hayan renunciado a una vida familiar dentro de la «norma», o que sean mayores de 50 o 60 años… y sus responsabilidaes familiares hayan adquirido otra dimensión. Ojalá me equivoque!!
    Sería interesante conocer el perfil de las CEO que componen ese 44% de los consejos noruegos.
    El mundo es diverso y lo que en unos sitios tiene sentido, en otros no encaja. Y la relevancia profesional de la mujer será diferente en USA, Alemania, Rusia, Afganistán, Dubay, China o Guatemala…
    Se ha dado grandes pasos en mucho paises, ¡pero hay tantos caminos por andar todavía en este Planeta!
    Estoy tan convencido de que la mujer aporta valores imprescindibles en una empresa que más del 90% de los puestos directivos de las compañías en las que intervengo están ocupados por mujeres. ¡Y en algunas, son las Presidentas!

  2. También tenían que cambiar las normas de las empresas. En Estados Unidos, por ejemplo, casi todas las empresas cuentan con una guarderia en el propio lugar de trabajo, tienen muchas más ventajas. En España se deberían imitar este tipo de iniciativas.
    @nereanieto

  3. ¡Qué gran verdad! Soy una joven emprendedora con dos hijos. Me he propuesto cambiar estas reglas no escritas en mi empresa y en mi entorno, pero la verdad es que no es tan fácil.
    Muchas veces, el anteponer tu familia al trabajo es visto como falta de compromiso o de poca seriedad, y cuando el que piensa así es un posible cliente, cuesta mantenerse firme.
    De todos modos, creo que cada día hay más gente que piensa como nosotros y pronto dejará de estar de moda alardear de ser el último en salir de la oficina. 😉

  4. Excelente artículo: muy inspirador y muy certero en la descripción de la realidad.

    Lo primero que se me ha ocurrido al leerlo es que es una pena que donde dice «mujeres», no pueda decir «hombres». Así, los hombres no estarían siempre disponibles, haciendo miles de horas en la oficina y/o viajando todo el rato. Me consta que hay muchos que, de alguna manera, están obligados a hacer esto y, lamentablemente, previa decisión negociada con sus parejas.

    Pese a que las normas descritas en el artículo benefician la proyección profesional masculina en detrimento de las oportunidades para las mujeres, hacen que por otra parte, los hombres se estén perdiendo aspectos fundamentales de la vida que a muchos -estoy segura- les encantaría experimentar entre los cuales se encuentran: disfrutar de sus hijos y colaborar en su educación. Pero la realidad es que los hombres cobran más que las mujeres por eso una pareja que, por ejemplo, tiene que negociar un cambio de domicilio ante una promoción laboral, al final ha de tener muy en cuenta la estabilidad económica. Precisamente, el hecho de tener hijos hace que el aspecto económico adquiera todavía más peso, por eso al final la mayoría de las parejas deciden que el que más gane sea el que trabaje y el otro que pida reducción de jornada, prescinda de su trabajo, etc.

    En mi opinión, lo que están mal son las normas que imperan en la «cultura laboral» de nuestro país y en todos sus ámbitos, no sólo en las empresas. No es adecuado primar el tiempo en lugar de la eficacia, como tampoco lo es la falta de planes de carrera, de flexibilidad horaria, contractual, etc. Algunos de estos errores pasan por realizar cambios en la actual legislación laboral, otros dependen de lo que nosotras -con la colaboración necesaria de los hombres- hagamos por cambiarlos.

    Para poder cambiar el actual estado de la situación se me ocurre un pco a vuelapluma que lo que habría que hacer es una combinación de las siguientes acciones:

    – Promover las buenas prácticas elaborando un catálogo de recomendaciones y compromisos al que las empresas y organizaciones contratantes se puedan acoger. Este catálogo habría de recoger los aspectos anteriormente señalados en el artículo e incluir los aspectos salariales, de representación en órganos directivos y cualquier otra cosa que se puediera consensuar. Por otra parte, no hay que olvidar la difícil labor de diseñar un paisaje de compromisos asumible por las pymes, que son quienes realmente constituyen el grueso de la «cultura empresarial» de nuestro país.

    – Crear un sello/certificado de calidad para aquellas organizaciones y empresas que cumplan con estos mínimos estándares de conciliación e ingualdad. Este certificado se debería apoyar con algún convenio con las administraciones públicas (Ministerio de trabajo, Industria, Igualdad) además de con las cámaras de comercio, asociaciones sectoriales y demás agentes sociales y profesionales.

    – Visualizar y dar difusión a las buenas prácticas y denunciar las malas. A las mujeres no nos va a costar nada echar mano de nuestras capacidades estratégicas de planificación, comunicación, marketing y sistemas relacionales.

    – Formar, inspirar, crear oportunidades para el debate y diversificar los interlocutores (nacionalidad, género, ámbito profesional, edad, etc) Uno de los principales problemas formativos de la mayoría de escuelas de negocios es que se alimentan de sus propias creaciones: exalumnos. Esto lleva directamente a la clonación de modelos ejecutivos que en mi opinión necesitan «ventilarse» urgentemente. Personalmente me entra un poco la risa al comprobar cómo ahora este tipo de escuelas están promoviendo la innovación, las soft skills, los enfoques creativos, etc.; pero en el fondo siguen perpetuando los mismos valores porque no cambian ni el modelo de enseñanza ni a sus profesores. Me da la sensación de que no se producen cambios debido a una situación combinada de miedo a perder el control y de falta de capacidad para acometer el necesario cambio. Es lógico pensar que una persona que ha sido educada en el éxito como sinónimo de ser duro, asertivo, competitivo y valorado por sus logros económicos -y que encima ha conseguido el éxito-; no esté realmente convencida de que haya que cambiar y que piense que todos esos otros valores que nosotras estamos intentando incorporar y dar poder, son en el fondo «de chicas».

    Quienes trabajamos en el sector sin ánimo de lucro conocemos desde hace muchos años el valor de la RSC, las políticas de igualdad, etc. Además, tenemos que sobrevivir y competir en un entorno profesional que -sin nos considera- en la mayor parte de las veces lo hace con desprecio, o de forma paternalista. Estoy convencida de que las empresas deberían conocer e integrar muchas estrategias, valores y profesionales del nonprofit, con convencimiento de que si lo hacen aprenderán y mejorarán. Ya quisiéramos ver en muchas empresas descripciones de ofertas de empleo como las que por ejemplo hace Amnistía Internacional, o campañas de marketing 2.0 como las de Acción contra el hambre.

    En definitiva, estoy convencida de que además de las medidas concretas que sugería, hay que cambiar de punto de vista para, efectivamente, ampliar nuestra visión, conocer mejor el contexto, comprender mejor los cambios sociales, y considerar otras opciones estratégicas.

  5. el primer paso para poder conciliar vida laboral y familia es tener claro que la familia está compuesta por dos personas con iguales responsabilidades.

    es simpàtico como las quejas siempre van contra el sistema en lugar de originarse donde pertocan.
    es cierto que un trabajo que dé mucho valor a las actitudes «presencialistas» nos está limitando el crecimiento, pero lo hace tanto a hombres como a mujeres.

    aquí es donde falla el discurso, porquè un hombre puede cumplir estas 12 reglas? porque tiene una mujer detrás que cubre todos los huecos….

    me parece totalmente respetable esta actitut, pero si las señoras no son capaces de exigir ese 50% de corresponsabilidad a sus parejas, cómo pueden exigir a la empresa que las cumpla?

    están dispuestas a no ser las madres las que siempre acompañan al niño al médico o van a hablar con los profesores?
    están dispuestas a quedarse trabajando y dejar el marido en casa cuidando al hijo??

    es que la corresponsabilidad empieza ahí… y es ahí donde debemos esforzarnos….

    si tu pareja, familiarmente hablando és un «poco útil», por no utilizar otro palabro, la aceptación es tuyo, no de tu empresario…..

    un cordial abrazo

  6. No puedo estar más de acuerdo con este artículo, conozco pocas superwoman, y las que lo son han tenido que dejar mucho por el camino. En un determinado momento de tu vida, a pesar de ser una buena profesional, tner capacidad y ambición, tienes que sopesar y algo, o vida familiar o trabajo se verá descompensado y desfavorecido. Tengo 3 hijos y hasta hace unos meses tenía una carrera profesional nada despreciable, pero se me ocurrió tener mi tercer hijo, y las consecuencias fueron en cadena, después de mi baja por maternidad (conectada via mail practicamente a diario) a mi vuelta me habían degradado…por segunda vez!(huelga decir que la primera degradación vino después de mi segunda hija y me costó años y esfuerzo volver a recuperar mi posición). A los 3 meses me despidieron y ahora estoy buscando trabajo, después de 13 años de carrera porfesional, de lealtad y de duro esfuerzo esa fue mi recompensa. Ahora tengo 35 años, 3 hijos una vida personal muy llena y una vida profesional en la cuneta. Lucho por recuperarla, busco sin descanso, me reciclo, estudio, navego y me dedico a buscar activamente trabajo, un trabajo en el que se me valore por lo que he hecho y por lo que soy, y por mis capacidades, pero lo tengo complicado, esa es la realidad…
    Mientras he decidido abrir un blog donde cuento mis experiencias, y en eso estamos…

    • Supongo que lo primero que habrás hecho es denunciar a tu ex-empresa, porque es ilegal despedir a una mujer que se acaba de reincorporar de su baja pormaternidad (y en los 9 meses siguientes y durante la reducción de jornada por cuidado de hijos si se solicita).

      Lo lamentable es que tu caso no es una excepción. Te animo a que seas valiente, lo denuncies y des a conocer a diestro y siniestro el nombre de la empresa que practica ese comportamiento tan irresponsable.

  7. Estoy totalmente de acuerdo con vuestro post.

    Creo que deberán pasar años hasta que las empresas, y en concreto los hombres que ostentan el poder en ellas (consejos de administración, directivos, stockholders…), se convenzan de que el cambio de estas normas es necesario.

    Y ahí os lanzo mi pregunta: ¿Consideráis que esta cuestión se abordaría de manera diferente en nuestro país, si el Presidente del Gobierno fuera una mujer? Yo creo que indudablemente sí, pero qué ardua será la labor para conseguirlo.

    • No necesariamente… El machismo no es una actitud propia de los hombres, sino que hay muchas mujeres que la asumen y la potencian. Igualmente, muchas mujeres que llegan al poder lo hacen a costa de renunciar y además asumir esos valores y sistemas de gestión, obsoletos, que otros y otras deseamos cambiar. Lo que sí que es cierto, es que el hecho de que haya mujeres en el poder (las pocas que hay) acaba sacando a la luz pública ciertas actitudes que están ahí, todos los días, pero que no salen en las noticias. Desde los morritos de tal ministra, hasta los trajecitos de tal o cual consejera, gracias a que hay mujeres (las pocas que hay) en puestos de poder, se ponen de relieve estas situaciones y nos hacemos más conscientes -todos- del tipo de sociedad en la que vivimos.

      En mi opinión no se trata tanto de si son hombres y mujeres, como de erradicar los sistemas que discriminan, en este caso, a las mujeres. Que a día de hoy continúe habiendo una mayoría de hombres en los consejos de administración es, en mi opinión, un hecho lamentable, pues creo que ya ha pasado (o debería) la época en la que además de trabajar, nos dedicábamos a demostrar que lo podíamos hacer mejor que nadie y a costa de lo que fuera.

  8. Todo verdad. Sin embargo, creo que toda la culpa es nuestra: no elegimos a los hombres adecuados para compartir nuestras vidas y sacralizamos la maternidad. La empresa es un reflejo de la sociedad y o cambiamos los roles o esto es clamar en el desierto. En mi minúscula parte de jefa, no puede dejar de molestarme esas bajas kilométricas antes de los embarazos, los permisos y las reducciones que vienen después. Muchas mujeres pasan de ser profesionales competentes a personas aleladas por la falta de sueño y las hormonas. Es duro admitirlo pero el trabajo ha de continuar, con nosotras o sin nosotras. Y para que nosotras estemos más ellos tienen que estar menos y quedarse más con sus hijos. Hasta que esto no ocurra y nosotras nos dejemos de machismos ancestrales la cosa no cambiará

    • Tenéis razón en que mucha culpa de la situación que vive la mujer en el mundo actual, la tiene la misma mujer.Sacrificamos mucho por los hijos y apartamos nuestra vida laboral. Aunque hayan pasado los años, nosotras mismas tenemos muchas veces un comportamiento machista y mientras esto no cambie, seguiremos igual.Hay una película-documental [url] http://www.actitud50.com/es/cartelera/senora-de-20102110.html%5B/url%5D que aunque esté ambientada 50 años atrás, y aunque sus protagonistas sean mujeres de entonces, sus vidas, son tristemente parecidas a las de miles de mujeres de hoy en día.Y por desgracia, no sólo mujeres de ambiente rural, sino habitantes de las grandes cuidades.Nos queda mucho que recorrer.Y las primeras que debemos cambiar el chip, somos nosotras.

  9. ¿Y por qué tiene que cambiar todo para que sea como la mujer, de esta sociedad, le venga bien? ¿Por qué no cambia la mujer? Las cosas hoy son así. Mañana a saber cómo serán.
    De todos modos..
    1º Esas reglas yo creo que son también muy difíciles de cumplir aunque fueses un hombre
    2º Quieres cambiar directamente la naturaleza humana, al fin y al cabo somos animales.

  10. Creo que lo que se está poniendo encima de la mesa no es un modelo de gestión que impide que la mujer alcance ciertos puestos. Lo realmente cuestionable es el modelo en sí ya que realmente en lo que convierte a los CEO’s potenciales es en esclavos laborales de élite.

    En el mundo competitivo en el que estamos, realmente lo que creo es que ese modelo es el único que puede hacer funcionar a las grandes empresas. Los objetivos de rentabilidad se están haciendo cada vez más ambiciosos y se han convertido en la diferencia entre estar o no.

    Quien quiera asumir estos roles, creo que tiene poca capacidad de elección. No obstante, esto es algo conocido por lo que entiendo no hay mucho lugar para la queja.

    El problema realmente está en que esta forma de ver la vida profesional y personal se quiere imponer al resto de la organización que por diferentes motivos a elegido otras opciones. En mi opinión y por la perspectiva que te da llevar una carrera de algunos años, ese va a ser el caballo de batalla en los próximos.

  11. Antes de nada os pongo en situacion: Soy emprendedora y directiva, estoy casada y tengo 5 hijos. Trabajo entre 14-16 horas al dia (10 presenciales resto noches y fines que compatibilizo) y me gusta mi trabajo. Aunque mi carrera profesional podria ser bastante cercana a lo que habeis descrito aposte por algo que SOLO las mujeres podemos hacer: dar a luz a hijos. Y me siento muy orgullosa de haberlo hecho. Soy ambiciosa: ¡Ahora ha llegado mi turno! Y asi lo hemos acordado en casa… Cuando viajo mi marido asume mi «trabajo domestico».

    Aunque estoy de acuerdo en que los requisitos son brutales entiendo que lo son tanto para un hombre como para una mujer (estoy de acuerdo con Luis Miguel). Tenemos una dificultad añadida pero los limites nos los ponemos nosotras y hay muchos empresarios que valoran nuestra aportacion. No estoy de acuerdo con Peter por cuanto si cambia la mujer tendremos que «encargar» los hijos… el sacrificio de una madre no es desdeñable y gracias a Dios somos «animales» dispuestos a sacrificarnos por mantener la especie viva.

    Quiero trasladaros la respuesta de dos de las personas que me han valorado como madre y profesional:

    Mi marido: A mi pregunta de si me surgiera una oportunidad de trabajar en Brasil, Sudafrica, Japon, USA… en el extranjero. ¿Dejarias tu trabajo y vendrias conmigo? Me respondió: Si ganas la «pasta» suficiente para mantenernos hasta que yo encuentre un nuevo trabajo para mi por supuesto, sin pensarlo… si no tendremos que hacer numeros…

    Un Ex-jefe: (pendiente de acudir a una entrevista de trabajo) Le pregunte: ¿Que es lo que mas valoraste de mi? Respuesta: A parte de lo obvio (por supuesto me recomendo por escrito) y que no puede pasar por alto nadie que hable contigo… tu familia. Si eres capaz de trabajar y gestionar a 5 fieras tienes que ser muy buena. ¡Hazlo valer!

    Nosotras mismas nos ponemos fechas y topes y decidimos que solo podemos hacer una cosa. No es asi. Si contamos que la naturaleza ha hecho a los hombres mas fuertes a las mujeres no ha hecho mas resistentes… es una cuestion de perseverancia y de sabernos valorar. Estoy de acuerdo con Paloma en cuanto a que he visto bajas de vergüenza (dada mi condicion de emprendedora yo siempre me he mantenido activa y es posible hacerlo) pero esas mujeres no creo que sean el modelo y tampoco aspiran ni nunca lo han hecho a CEO. Tambien he tenido hombres en mi equipo que estaban indispuestos por sistema los viernes y los lunes… convierte eso a todos los hombres en unos vagos enfermizos. No lo creo.

    Demasiado largo. ¡Disculpadme!

  12. Exacto, tan simple como esto: «Hasta que la sociedad no vea «normal» que la mujer mantenga al hombre» habra igualdad.

    Pero sólo a su favor usan este termino ya que por ser mujeres son más débiles y quieren pensión, autobuses especiales, trato privilegiado ,que les abran la puerta, pero ven mal que un hombre no pague la cena, eso no es igualdad.

    Y mientras no se equilibre los derechos y obligaciones -para lo que faltan décadas- esto no es posible y por lo tanto el salario tiene que seguir beneficiando al hombre en la sociedad en que vivimos.

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